Creativo: Nicolás Ordozgoiti



Nació en Madrid en 1982, estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos, y tras varios años como diseñador gráfico e ilustrador, empezó a trabajar en Leo Burnett, donde participó como ilustrador en la campaña de Jeep en 2010, la cual recibió el premio Effie a la mejor campaña y también en la campaña gráfica de Tide (Procter & Gamble), la cual recibió la plata en la categoría de publicidad gráfica en el festival CLIO de 2010.

Desde septiembre de este año, trabaja como director de arte para Bassat&Ogilvy. Antes de ser creativo, se dedicaba al diseño gráfico y la ilustración, y le cogieron como diseñador freelance habiéndose convertido en la actualidad en Director de Arte de Bassat&Ogilvy.

Debido a que él había estudiado Comunicación Audiovisual, lo que respecta al mundo de la creatividad lo tuvo que aprender sobre la marcha y de manera casi instintiva. También quisimos interesarnos por aquellas personas que le han marcado en su profesión y nos dijo que ha aprendido algo de casi todas las personas con las que ha trabajado.. Aunque de la gente de quien más ha aprendido ha sido de sus sucesivos jefes, empezando por Nuria Esteban, de la cual nos dijo que “por alguna extraña razón pensó, sin ningún tipo de argumento sólido, que yo valía para esto”, y más tarde con Javier Álvarez, Fernando Martín, Paulo Areas, Chacho Puebla, Pedro Úrbez o Álvaro Suñol. Del resto de sus compañeros dice haber aprendido no algo, sino básicamente todo lo que se puede aprender sobre publicidad, aunque la lista sería demasiado larga.

En cuanto a lo que para él es un buen creativo, nos comentó que para ser un buen creativo, y aunque sea una respuesta de manual, lo principal es saber pensar “outside the box”, no repetir lo que sabes que funciona sino, aunque recurriendo a todas las referencias e influencias que puedas. También es importante ser bastante inquieto, empaparte de todo lo que puedas (cine, literatura, arte, internet, la propia publicidad…) y por último, ser consciente de que no eres un artista: por muy creativo que sea tu
trabajo, tienes un objetivo, y es convencer a la gente de que compre unas cosas y no otras.

De su método de trabajo nos dice que casi nunca tiene una gran idea nada más empezar. Hay que mirar referencias, el histórico de la marca y de la competencia, leerse el briefing una y otra vez, entre otros aspectos. Así hasta que vayan saliendo cosas de las que poder tirar para ir construyendo algo que te gusta.
Cuando le preguntamos por el estado de la publicidad actualmente, nos dijo no creer ser la persona más indicada para hablar de ello porque sólo lleva tres años en este mundo. Pero cree que en general, por mucho que cambien los canales, la participación del target, la actitud de las marcas o la estructura cliente-agencia-consumidor, al final la necesidad de generar contenido siempre va a estar ahí. El contenido es la esencia de la comunicación publicitaria, y a lo que se dedican en definitiva los creativos. “Nuestro
cometido es generar contenidos interesantes, mensajes atractivos para el público objetivo y saber representar de forma convincente su conexión con la marca. Pero al final todo se reduce al noble arte de saber hacer reír, llorar o pensar y enlazarlo con la venta de tostadoras, coches o detergentes”.

Y en cuanto a la publicidad gráfica nos dijo que le parece que gozan de un estado de salud considerable ya que siguen siendo medios de lo más efectivos y masivos, y aunque a veces da la impresión de que ya está todo dicho y que la innovación es más fácil de lograr en formatos menos convencionales, considera que las gráficas llevan funcionando “desde Altamira”, y no cree que dejen de hacerlo. Lo que si ve posible es
que, debido al declive del papel y el auge de medios como las tablets o las pantallas LCD como formato exterior, veamos en los próximos años cómo la imagen estática ya no lo es tanto, aunque no cree que vaya a ser un cambio demasiado dramático.

Por otra parte, quisimos saber su opinión sobre los premios de publicidad y según él, los premios son primero un estímulo interno del mundo de la publicidad, que de manera tangencial beneficia a la industria, ya que funciona “como una especie de atractiva zanahoria que los creativos perseguimos y codiciamos, lo que a la larga, idealmente, debería fomentar la calidad de nuestro trabajo y el espíritu de superación”. Pero cree
que el problema surge cuando los creativos olvidan que su trabajo consiste finalmente en vender cosas, y que no son artistas. Considera que cuantos más truchos se premien, antes se cansarán los clientes. “Me parece que los premios están muy bien, pero siempre que seamos conscientes de que tenemos más en común con una fábrica de automóviles que con Hollywood”.

Por último, quisimos pedirle consejo como estudiantes de publicidad y futuros profesionales del sector, a lo que nos contestó esto: “Aunque yo no estudié publicidad ni entré en esto de la manera más ortodoxa, sí que creo que hay una serie de cosas que un estudiante debe tener presentes. La primera es (y siento ser tan cenizo) que la carrera de publicidad no sirve prácticamente para nada. Todos los profesionales que conozco
coinciden en señalar que los licenciados en publicidad están muy perdidos. Aún así, y al no ser una carrera demasiado compleja, nos recomendaría aprovechar todo el tiempo libre del que disponemos para hacer toda clase de actividades paralelas que pueden resultar de ayuda incalculable a la hora de buscar trabajo.
Una vez licenciados, por otra parte, hacer un master es bastante recomendable. El enfoque es mucho más directo y parecido al trabajo real de agencia, y la gente por lo general aprende cosas que de otra manera tardarían bastante en asumir una vez en la agencia.

Y si se tiene la suerte de entrar como becario en algún sitio, la clave es no perder la oportunidad, ya que si en la primera experiencia profesional demuestras iniciativa, ganas de trabajar con lo que te echen y además haces ver que eres una persona agradable y con la que resulta fácil trabajar, tendrás mucho ganado.”